Que nos tienen encerrados,
lo sabemos.
Que nos cambian libertad
por tres comidas al día
for free en la naturaleza,
nos consta.
Que no somos más
que animales necesarios
para avisar de nuestro peligro
a todo aquel que nos mire,
es así.
Por lo menos,
si estuviéramos en un zoo,
los domingos,
se agradecerían las visitas.